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Enough is Enough

29.12.09
Creo que ya es suficiente.
En 6 meses:
1. Aprendí a vivir sola. Lavar mi ropa (blanco separado de colores). Cocinar mi comida (hay temperaturas para todo tipo de comidas). Limpiar mi cuarto (no importa cuánto limpie, al día siguiente ya está desordenado y sucio de nuevo, aquí hay mucho polvo y harta ropa).
2. Empecé a comer picante. Mucha gente de India con su curry y todo extra picante. Aprendí también que mucha comida picante hace que me salgan aftas. Y que el curry apesta.
3. Me descontrolé como si tuviera 18 de nuevo. Me emborraché, me pasé de vueltas, me saqué la mierda, me golpeé, me corté, borré cassette, vomité, desperté en desconcierto, no comí, me dio gastritits por no comer, conocí gente, olvidé gente ... y después de eso dije "enough".
4. Empecé a odiar a los hindús. No soy racista. Pero ellos se creen superiores, que son la última chupada del mango (a mí no me gusta el mango), huelen feo, usan sus turbantes y panjabis todo el día (y creo que solo deben tener uno porque siempre huele mal), se sienten y caminan como si fueran Brad Pitt o Angelina Jolie, son sucios y desordenados, y creen que todo lo que dicen es lo correcto. Bueno, el 99% de ellos son así. Y no solo yo los odio. Mucha gente piensa igual que yo. Incluso la gente que es de decendencia India pero de otra nacionalidad los odia.
5. Me di cuenta que me apresuré en tomar la beca. Mi pasión es la fisiología. Amo la endocrinología y la neurociencia. Y sin embargo, me vine a embargar en un proyecto de folistatina y fibrosis. Me llama tantito la atención pero no me mueve el piso ni me emociona. Será por eso que no le tomo el interés que debería tomarle. Escogí mal y ya perdí medio año. Mientras que en el otro departamento está un ser que trabaja precisamente con aquellos dos temas que más me generan mariposas en el estómago: kisspeptin y regulación del apetito (full control neuroendocrino). Un ser que me dejó de lado porque no estoy haciendo un PhD con él.
6. Me enteré que mi supervisor es un mal asesor. Puede que haya trabajado con mi papá, puede que sea un capo, puede que tenga muchas ideas, pero como supervisor, es una caca. Me dejó colgada 3 meses luego que llegué a cangurolandia para irse de vacaciones a un tour por sudamerica. Luego llegó a dejarme colgada de nuevo porque tenía que ponerse al día con el resto (a quienes también dejó colgado). Tiempo perdido.
7. Aprendido a valorar a mis amigos y a mi familia. Los quiero por como son y porque me aceptan tal y como soy. Y porque a pesar de la distancia siempre nos mantenemos en contacto. Porque me toleran mis mails kilométricos, mis descontrolados DWI (dial when intoxicated), mis dramas existenciales y mis chistes monses. Había un-a-vez ...
8. Supe lo que es ser pobre. No tener dinero para gastar en nada que no sea tu comida. Incluso la renta es cara y hay que pagarla a tiempo. E incluso a veces, no tener siquiera un centavo para pagar tu comida y lo único que puedes hacer es comprar galletas y tomar agua. Bueno, así fueron las primeras semanas ... poco a poco todo fue mejorando.
9. Caí bajo la influencia publicitaria. Pero me recuperé rápidamente porque esa, no soy yo.
10. Supe que no me gusta Australia.
Australia puede tener koalas, canguros, wallabees, ornitorrincos, buses que respetan los horarios y los paraderos, control del tráfico y orden en las calles. Pero también tiene indios, chinos, japoneses, koreanos y a toda la población asiática. Borrachos en las calles y una alta incidencia de cáncer de piel. Ya ni siquiera tienen a Heath Ledger. Y sobre todo, no hay espíritu navideño. Y yo, no puedo vivir sin eso.
Puedo haber madurado, puedo haber cambiado, puedo haber intentado reinvidicarme e intentar ser mejor persona. No lo cambio porque finalmente de toda aventura se aprende. Pero esta aventura, quiero terminarla YA.