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That's what happens when your heart lives in your vagina

7.3.10
Cuando Carrie empezaba a salir con Mr Big, su vida giraba en torno a él. Miranda, Charlotte y Samantha pasaron a un segundo plano mientras ella vivía su mundo de ensueño pensando que estaba en una relación monógama con Mr Big. ¿Y quién de pronto no se ha convertido en esas mujeres que uno tanto critica o detesta, y por un momento deja a sus amigas de lado por un rato con tal de pasar un poco más de tiempo con él? Pero claro, a Carrie luego la realidad tocó su puerta (y fue como si abrieras la puerta y te tiraran un baldazo de agua fría en carnavales); Mr Big no había establecido los términos de “exclusividad”.

¿En qué momento dejamos de procesar la información evidente dónde ¨Fuckin’ in the bushes” es solo eso? Porque de un momento a otro te envuelves en una fantasía (donde él también tiene la culpa por andar inflando el globito) y te empiezas a alejar de la realidad hasta que ¡PUM! Reality hits your face (and it sucks!). Y eso es lo que pasa cuando, como dijo Meredith Grey, “Your heart lives in your vagina”. Soy culpable de ultimamente haber despojado a mi corazón de su lugar habitual y haberlo llevado a quedarse de invitado en otra parte de mi cuerpo, pero a veces siento que i also have a penis.

Carrie salió de la vista de Mr Big e hizo lo que muchas mujeres hacen (muchas veces acompañado de alcohol), despojarse y pretender ser hombres. Cuando me sucedió algo similar (y es que en algún punto de la vida un idiota descongeló mi corazón de piedra, y ahora para que vuelva a congelarse primero debe pasar por el calentamiento global), y él me hizo dar cuenta de la manera más fría posible que no somos nada y que la exclusividad no es algo que se deba discutir, recuerdo haber salido (realmente, no salí, él llegó a mi casa), y haber conocido al clon de Jake Gyllenhaal (en la época de Bubble Boy). Me hizo olvidar completamente el asunto. A la mañana siguiente lo único que me percataba era que Bubble Boy me decía que Michael Jackson había muerto ese día. La segunda vez que sucedió (es mi droga, y soy reincidente), me fui a una fiesta aun más grande (previo pasaje de 100 dólares) a relajarme en la playa y digamos que mi trago favorito en ese lugar (sex in the beach) fue algo más que un trago (Chile, el Perú está contigo).

Puede sonar idiota o incluso inmaduro, pero la manera de demostrarnos que no nos importa y que para nada hirieron nuestros sentimientos es justamente tratando de comportarnos como ellos. Así que por un momento nos olvidamos que somos unas Carrie y nos convertimos en Samantha. Pero a final de cuentas, siempre vamos a querer ser unas Charlotte (sí, lo siento Miranda, pero nadie quiere ser tú), y encontrar a The One.