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Crónicas de una muerte anunciada

8.7.09

Recuerdo cuando tenía 3 años y mi mamá me dejaba en casa de mi abuela. No quería ir al nido, así que me sentaba en su cama a ver dibujos animados. Y mi abuela me consentía. Recuerdo cuando tenía 4 años, dando vueltas en el patio con mi bicicleta roja. Era la repartidora de guías telefónicas. Mi abuelo se sentaba a leer su periódico en una de las bancas mientras que mi abuela se sentaba en la otra banca y me recibía las nuevas guías de teléfono.

Recuerdo que mi adicción al café comenzó cuando me dabas una cucharadita del café pasado que se preparaba (y puede que mi gusto por la cerveza cuando mi abuelo me daba la espuma de su Cristal). Mi tía siempre te decía que no estaba bien que hiciera eso, y tu me mirabas, con cara de cómplice, y le decías "ya, ya". Y luego volteabas a guiñarme el ojo. Recuerdo que nunca me gustó comer (y sin embargo, ahora me encanta), y te sentabas conmigo a darme mi comida en la boca, jugando incluso al avioncito con tal que me terminará mi comida. Y el gusto que le agarré a comer pepino vino gracias a tí, porque era lo que más me gustaba y era lo que más me dabas, sirviéndomelos en esos bowls de plástico color amarillo y celeste que aún tienes en tu casa.

Recuerdo mi fiesta de mi sexto cumpleaños en tu casa, cuando mis amigos del colegio se tiraban de las escaleras y tu renegabas porque no era lo que niños de su casa deberían hacer. Debo recalcar que esos niños que se tiraban por las escaleras hacia el jardin, fueron expulsados de mi colegio años después. Nunca te lo conté. Recuerdo cuando te mudaste, casi en la misma época que nosotros nos mudamos. Dejarías tu casa grande en Pacheco para ir a un pequeño departamento en San Borja, departamento del cual te quisiste mudar pero nunca lograste hacerlo.

Recuerdo lo orgullosa que estuviste de mí en todo momento, y que estuviste ahí en cada paso de mi vida. Recuerdo las últimas veces que te enfermaste, y empezaron a ser tan seguidas, que ya no te creía. Pensé que era solo una manera de llamar la atención y hacer que mis tías vinieran de México. Recuerdo tus dolores de rodilla, que pensaban que eran excusas, y cuando cada vez que te preguntaba "hola, cómo estas?" me respondías con un "mejorcita". Recuerdo que dejé de verte los sábados que ibas a mi casa, porque empecé a pasar los sábados en casa de mi enamorado. Y eventualmente te saludaba cuando llamabas a mi casa.

Hace ya dos meses que te fuiste, pero en verdad hacía ya varios meses que tú ya no estabas presente. Recuerdo el día que te vi mal y recuerdo el día que recibí la noticia de tu enfermedad. Recuerdo cómo evolucionó tu cáncer, cuando te operaron, cuando te extirparon parte del tumor, cuando te tuvieron que aumentar la dosis de corticoides, cuando no entendía por qué te seguían haciendo sufrir. Recuerdo haberte pedido disculpas por no haberte creído, pero tu para ese entonces, ya no me entendías. Tu enfermedad ya había avanzado bastante. Fueron 8 meses desde el momento que nos enteramos qué tenías hasta el día que finalmente partiste. 5 de esos 8 meses aun sabías quién era, y luego simplemente me mirabas pero ya no me podías decir nada. Y luego simplemente, deje de entrar a verte. Porque no quería recordarte de esa manera. Quería recordarte como te he tenido siempre.

Te tuve que contar varias veces de mi viaje a Australia, porque no lo recordabas bien. Y cada una de las veces que te conté te emocionó saber que me había ganado mi beca, y te entristecia saber que serían varios años los que pasarían antes que volviera. Lo que no sabías, era que no me verías volver. Pero quiero pensar, que estás aquí conmigo. Porque sé, que estás aquí conmigo. Te quiero.

2 post-its:

  1. wenz* dijo...:

    Quieres matarme?! BRODER PORQUE HACES ESO CON MI VIDA?!

    :(